Existe la creencia de que los niños siempre estarán dispuestos a jugar, sin embargo puede que eso no sea del todo cierto.
Es importante siempre que vayamos a realizar un juego, con enfoque psicosocial, que nunca obliguemos o demos la orden de que todos jueguen, esto aplica tanto como si trabajamos con niños, jóvenes o adultos, vamos siempre a invitar o a pedir al grupo su participación voluntaria.
Puede que al momento de iniciar el juego o la dinámica respectiva, uno o varios miembros del grupo no quieran participar, si esto ocurre simplemente no les insistiremos y comienzaremos la actividad con quiénes voluntariamente se hallan ofrecido, es posible que a medida que avance el juego quiénes no querían participar inicialm
ente se sientan tentados a involucrarse y entonces se lo debemos permitir.
Por otro lado, puede ocurrir que en definitiva no quieran participar y entonces abordaré a cada persona en particular para conocer sus razones, esto me podría dar información sobre situaciones que afronta el niño en su diario vivir, por ejemplo me podría indicar que relaciona ese juego en específico con un hecho negativo que le esté o le halla ocurrido.
Siempre es importante para culminar el juego, agracer la participación.
